Cuando abrí Thunderbird Strike por primera vez en mi celular, esperaba ver una historia al estilo del juego Oregon-Trail. Como sólo sabía de su premisa, sobre el desarrollo de oleoductos en tierras indígenas, esperaba ver largos párrafos explicativos - “Eres un protector del agua y te manifiestas en contra de la construcción de oleoductos…” y una lista de instrucciones e información acerca de las maneras de mantener mi personaje vivo y en movimiento a lo largo del juego.
Par mi gran sorpresa, simplemente empezó con una breve animación stop-motion (por fotogramas), sin palabras ni texto, sólo con bisontes americanos, venados, y thunderbirds (pájaros de trueno) moviéndose por paisajes naturales mientras se construían oleoductos y fábricas. Sólo me mostró tres reglas a seguir: toca la pantalla para volar, vuela hacia las nubes para recoger relámpagos, toca el pájaro de trueno para lanzarlos. Entendí fácilmente cómo destruir los camiones de construcción, pero pasó mucho más tiempo antes de que me diera cuenta que también podía usar los relámpagos para reanimar los esqueletos de animales dispersos entre los camiones.
Se lo mencioné a la creadora del juego, Elizabeth LaPensée, quien me respondió con risas. “Está bien ver Thunderbird Strike desde tu perspectiva. Es tu aventura.”
La diseñadora LaPensée (Anishinaabe, Métis, y un tanto irlandesa) es también profesora en el Departamento de Medios e Información de la Universidad del Estado de Michigan en East Lansing. Ella crea videojuegos inspirados por su tradición indígena para ayudar a sanar los traumas intergeneracionales. Dice que su pueblo tiene un dicho: “la verdad del corazón,” lo que significa que cada persona concibe la verdad a su manera.
“Intento crear autonomía en Thunderbird Strike, para que puedas enfocarte en la restauración o la destrucción,” explicó. “El juego no te juzga por las decisiones que tomas. Al final, acabas con un puntaje alto.”
Cuando creó el juego, Elizabeth LaPensée sabía que no todos los usuarios podrían entender plenamente el sentido cultural de los pájaros de trueno y los bisontes. Apuesta a que los jugadores entenderán lo que deben entender, interpretando los aspectos visuales y las escenas del juego a su manera.
“No es necesario dárselo todo hecho a la gente; ellos puede pensar por sí mismos,” insistió. “Un aspecto importante de nuestra autodeterminación es ser capaces de expresarnos como queramos, y no siempre para llegar a todo el mundo.”
Es una de las razones por las que la diseñadora LaPensée abandonó su rol como asesora en la industria de videojuegos en la que, según ella, los creadores intentan cambiar o adaptar la cultura para que los juegos estén al alcance de un público mayor. También notó que no se contratan a los artistas indígenas como artistas sino solo como asesores, y por eso no tienen la oportunidad de crear sus propias obras. A través de talleres y programas de extensión, los artistas indígenas están consiguiendo puestos significativos en el diseño de videojuegos, llegando a ser figuras destacadas en el rubro.
“Pueden innovar en mecánica, experiencias de juego, y jugabilidad, de maneras que reflejan los saberes indígenas.”
Juegos para educar
Cuando los educadores afuerinos lideran programas de ciencias, ingeniería, tecnología, y matemáticas en comunidades indígenas, muchas veces suponen que las ciencias, las matemáticas, y las tecnologías son nuevos conceptos para ellos, pero Elizabeth LaPensée nos recuerda que las comunidades transmiten sus saberes de una generación a la siguiente de diferentes maneras.
Para combatir las nociones erróneas de que los saberes indígenas no tienen valor en la era tecnológica, ella creó Generaciones Generativas, un innovador taller de desarrollo de juegos para jóvenes. Los estudiantes deben generar una idea para luego incorporar elementos de las ciencias indígenas, vinculados con “tarjetas de activación.” Los jóvenes diseñadores aprenden a usar los saberes indígenas sobre el agua, la física, la memoria de la sangre, la tierra, los sistemas de partículas, y otras enseñanzas para desarrollar las mecánicas de su juego.
El taller apunta a mostrar a los jóvenes que la ciencia indígena es una válida forma de saberes, y también aspira a cambiar las maneras en que los indígenas de Turtle Island / La Isla Tortuga (Norteamérica) se ven a sí mismos. La profesora LaPensée quiere que los pueblos originarios sean capaces de verse como “científicos indígenas.”
Juegos para sanar
Con su trabajo, Elizabeth Lapensée explora cómo se pueden usar las cosmovisiones indígenas para crear juegos que cautivan y hacen reflexionar más a los jugadores. Por ejemplo, ella describe los juegos de mesa donde los jugadores deben desechar a los personajes obreros cuando ya no son considerados útiles.
“No deberíamos tratar a la gente así,” dice ella. “El trabajador debería quedarse durante el juego entero a menos que le pase algo.”
Miigwech Nibi
[En pantalla: Jugar]
Escucha bien la canción
Toca las palabras para explorar sus raíces y llegar a una mayor entendimiento de lo que significan
[Letra de la canción]:
Miigwech nibi bimaadiziwin
Gracias, agua, por la vida
Ooh Chi Miigwech
Estamos muy agradecidos
Cuando desarrolló Honour Water, un juego para teléfonos celulares para aprender la lengua y los cantos anishinaabe, inicialmente siguió el modelo de la industria adonde cada jugador/a compite contra otro/a. Pero cuando presentó el juego a los mayores anishinaabe, ellos no querían que fuera competitivo. Por tanto tiempo, su pueblo había sido humillado por hablar su lengua, y ahora las nuevas generaciones son humilladas por no hablarla porque no la aprendieron. LaPensée quitó el componente competitivo del juego, disminuyendo así la inseguridad que sentían los jóvenes ante la posibilidad de aprender su lengua ancestral.
“Los pueblos indígenas siempre han tenido juegos para reforzar sus enseñanzas y para transmitirlas, y para resolver los conflictos,” pensó. “Los juegos son una parte fundamental de nuestras comunidades.”
A pesar de este deseo por la innovación, LaPensée encuentra que trabajar con videojuegos clásicos todavía trae algunos beneficios. Su juego para teléfonos celulares,Invaders, inspirado por el clásico Space Invaders, trata de los colonizadores europeos en los Estados Unidos. En Space Invaders, se muestran el número de vidas que le quedan al jugador a través de tanques pixelados. En Invaders, los puntos de vida son representados por personas reales. Cuando tu personaje recibe un tiro, pierdes a uno de tus guerreros. No hay manera de devolverle la vida.
“Las vidas no se podían reanimar durante el proceso de colonización.”